Malentendidos y mitos sobre las lenguas de signos

   El escaso conocimiento de este tipo de lenguas ha conducido a que comúnmente se asuman ciertas ideas preconcebidas sobre ellas, que se han demostrado como erróneas:
  • Las lenguas de signos no son auténticamente lenguas, sino códigos mnemotécnicos para designar objetos y conceptos. Falso. Las lenguas de signos son lenguas naturales que tienen estructuras gramaticales perfectamente definidas. De hecho, existen personas, incluso oyentes, cuya lengua materna es una lengua de signos. El proceso de adquisición lingüística estudiado en niños que tienen por lengua materna una lengua de signos sigue etapas totalmente análogas a la adquisición de las lenguas orales (balbuceo, etapa de una palabra, ...). Además, los procesos de analogía morfológica, la elipsis, los cambios fonéticos o la asimilación también se dan de idéntica forma en las lenguas de signos.
  • La lengua de signos española, la lengua de signos francesa o la lengua de signos británica, son maneras de codificar el español, el francés o el inglés mediante signos gestuales. Falso. A veces la lengua de signos de ciertos países y la lengua oral más usada en esos mismos países difieren gramaticalmente en muy diversos parámetros, como la posición del núcleo sintáctico o el orden sintáctico de los constituyentes. Algunas versiones de este malentendido, es que las lenguas de señas tienen alguna clase de dependencia de las lenguas orales, por ejemplo, que utilizan básicamente un deletreo de las palabras de una lengua oral mediante símbolos gestuales.
  • La lengua de signos es internacional. Falso. Las lenguas de signos difieren entre sí, tanto en el léxico (conjunto de señas o signos gestuales) como en la gramática, tanto como difieren entre sí las lenguas orales.
   En las lenguas de signos se utiliza el alfabeto manual o dactilológico, generalmente para los nombres propios o técnicos, si bien es sólo una más de las numerosas herramientas que poseen. Antiguamente, el uso de la dactilología en las lenguas de signos era una evidencia presupuesta de que sólo eran una pobre o simplificada versión de las lenguas orales, lo que también es falso.
En general, las lenguas de signos son independientes de las lenguas orales y siguen su propia línea de desarrollo. Por último, una área que tiene más de una lengua oral puede tener una misma lengua de signos, pese a que haya diferentes lenguas orales. Este es el caso de Canadá, los EE.UU., y México, donde la Lengua de Signos Americana convive con las lenguas orales inglesa, española, y francesa. Inversamente de igual modo, en una zona donde existe lengua oral que puede servir de lingua franca, pueden convivir varias lenguas de signos, como es el caso de España, donde conviven la Lengua de signos española (LSE) y la Llengua de signes catalana (LSC).